La ilusión volvió ocho días antes del 21 de Diciembre de 2014. Jugábamos contra Atlético Nacional, Edwin Cardona hacía un remate al arco que pegaba dos veces en los palos y salía. El corazón latía a mil y solo hacía falta un gol para ser finalistas. Corría gran parte del segundo tiempo y Santa Fe tenía dos factores en contra, uno era el tiempo que casi se acababa y el otro era el marcador que se estaba dando en la ciudad de Manizales y que daba al Atlético Huila como finalista de la Liga Postobón 2. Depronto llegó lo que todos esperaban, podía ser lo más esperado para cualquier hincha, que a su equipo le piten un penalti a favor, pero como es Santa Fe, para nosotros los hinchas de este equipo un penalti a favor después de errar los 7 u 8 anteriores, ya hasta perdí la cuenta, no era lo que nos podría poner a soñar. Sin embargo la fe nunca se perdió, cobró el gran arquero Camilo Vargas, y pasó lo mismo que en los anteriores siete u ocho lanzamientos desde los doce pasos, el arquero rival alcanzaba a atajar el cobro, y dio un rebote, depronto de atrás llegó Luis Manuel Seijas y con su botín empujó el balón al fondo de la red.
A partir de ese momento éramos finalistas de la Liga Postobón, sí por tercera vez en unos pocos años Santa Fe estaba a punto de pelear de nuevo por un título más. Terminó el partido contra Nacional en Medellín y salté de alegría pensando en que de nuevo iba a estar en el estadio El Campín para ver a mi Santa Fe jugar una nueva final.
Y llegó el día del partido de ida. La ansiedad estaba presente como hace dos años y medio, los nervios estaban de punta. Había dos jugadores ausentes por tarjetas amarillas, el DIM había anotado un gol en el primer tiempo y para rematar, el gran capitán de Santa Fe, Omar Sebastián Pérez, al terminar el primer tiempo se quejaba de un dolor, se tiró al piso y no se levantaba. La ilusión parecía derrumbarse. Pero como en Santa Fe siempre hay que sufrir para luego llorar de alegría, vendría un cobro de tiro libre ejecutado por Armando Vargas, un muchacho que entró al campo en reemplazo de Omar Pérez, que terminaría en los pies de Francisco Meza para anotar un gol que volvía a ilusionar a muchos. Uno o dos minutos más tarde, después de un pase magistral del mismo Armando Vargas, se armó un contragolpe que Wilson Morelo finalizó con un golazo. En este momento ya estábamos más cerca de la gloria.
Era 21 de Diciembre de 2014. El sol brillaba en el cielo azul. Ya se veían unos cuantos hinchas de Santa Fe en las calles. El partido de vuelta de la final estaba a unas cuantas horas de empezar. Con mucho sueño y bastante cansada me empecé a preparar para la fiesta. Se picaba papel en mi casa mientras escuchábamos en la radio que las puertas del estadio estaban a punto de ser abiertas. La ansiedad se hizo más fuerte, los nervios se hicieron presentes y llegaba la hora de ir al último partido de mi Santa Fe este año. Llegué al estadio, llena de alegría, con el mismo entusiasmo y la misma fe de siempre. Ya adentro un gran aguacero comenzó a caer, y llegué a pensar que el partido no se jugaría y de que probablemente, no podría ver el juego si se hacía al día siguiente. Sin embargo, el partido se jugó. En el primer tiempo pasó algo parecido a lo que sucedió siete días atrás, el balón daba en el palo y Santa Fe se salvaba del primero. Comenzó el segundo tiempo y tras un saque largo de Camilo Vargas, el defensor del DIM despejó el balón y le cayó en el pie a Luis Carlos Arias, para que rematara y el balón atravesara la portería de Carlos Bejarano y todos los santafereños cantábamos jubilosos. Así transcurrió el segundo tiempo, en medio de cánticos gritos y alegría cuando al minuto 88 el DIM empató el partido, y volvió el sufrimiento característico, que duraría unos minutos más pero que nunca se pondría por encima de la fe.
Luis Sánchez pitó el final del partido y todo fue júbilo y alegría. Era la segunda vez que veía a Santa Fe campeón de la Liga Postobón. Después de mucho tiempo de escuchar "es que su equipo no gana nada", ya Santa Fe había ganado dos títulos. Felicidad es lo que me sobra desde el domingo y gracias a jugadores y cuerpo técnico pudimos cantar de nuevo que somos campeones.
Solo queda agradecer a todos y cada uno de los leones que lo dieron todo en la cancha y que muchas veces a pesar de insultos, pusieron la garra necesaria en cada partido para lograr conseguir la octava estrella. Tenemos muchos más títulos que pelear y de la mano de Gustavo Costas y cada uno de los jugadores estoy segura que lo vamos a lograr.
Muchas gracias Santa Fe.